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julio 4, 2025

Independencia infantil: cómo formar adultos seguros desde la primera infancia

Fomentar la autonomía desde la infancia no solo fortalece la autoestima de niñas y niños, también siembra las bases de una vida adulta más segura, resiliente y confiada. Por qué el desarrollo de la independencia infantil es una responsabilidad compartida entre hogares y organizaciones.

En un mundo donde la conciliación entre la vida familiar y el trabajo sigue siendo una de las tensiones más frecuentes para madres, padres y cuidadores, hablar de crianza no es solo una cuestión privada. En realidad, es una conversación profundamente organizacional. ¿Qué significa criar personas autónomas? ¿Cómo influye nuestro estilo de crianza —y nuestras propias emociones— en ese proceso? ¿Y qué rol pueden jugar las empresas en habilitar condiciones que apoyen este desarrollo desde los primeros años?
A partir de los aportes de la Dra. Katelyn Mickelson de Sanford Health, compartidos en una entrevista publicada recientemente, este artículo indaga en cómo cultivar la independencia infantil desde una perspectiva emocional y práctica.

La independencia comienza antes de lo que imaginamos

Aunque muchas veces se asocia con la adolescencia, la construcción de la autonomía comienza en etapas mucho más tempranas. Según la Dra. Mickelson, cuando un niño pequeño quiere ponerse los zapatos solo o vestirse sin ayuda, ya está expresando su deseo natural de actuar por cuenta propia. Si bien para los adultos puede ser una fuente de impaciencia, permitirles ensayar estas pequeñas decisiones forma parte del aprendizaje emocional y del fortalecimiento de su autoestima.

Cuidar no es controlar

La forma en que se acompaña la infancia impacta directamente en el desarrollo de habilidades para la vida adulta. “Como madre, me he dado cuenta de que muchas veces mi ansiedad me lleva a subestimar lo que mis hijos pueden hacer”, señala Mickelson. Criar con autonomía exige una dosis de autoconsciencia: saber cuándo intervenir y cuándo dar un paso atrás, incluso cuando eso conlleve incomodidad. Visualizar las habilidades que quisiéramos que nuestros hijos e hijas tengan en el futuro puede ayudarnos a sembrarlas hoy, con acciones concretas y oportunidades reales.

Fracasar también es crecer

La Dra. Mickelson lo plantea con claridad: “La independencia puede surgir del crecimiento y de probar cosas nuevas. Para desarrollar confianza, necesitas asumir riesgos; y eso implica fracasar”. Para niñas y niños, equivocarse es una fuente de aprendizaje si se les brinda un entorno que lo permita. Especialmente en el caso de las niñas, destaca, es fundamental reforzar la idea de que está bien fallar y que el error no invalida su valía ni sus capacidades.

Emociones como aliadas del proceso

Desarrollar autonomía no se trata solo de hacer cosas por uno mismo, sino también de atravesar emociones difíciles. La autoestima y la regulación emocional son claves para afrontar la incertidumbre que implican los desafíos cotidianos. “Validar los sentimientos mientras se transmite confianza en sus capacidades puede ser muy poderoso. Frases como ‘sé que estás nervioso, pero confío en que puedes hacerlo’ permiten que los niños avancen incluso sintiéndose incómodos”, explica la especialista

La crianza como improvisación consciente

“La crianza no es música clásica, es jazz. Hay que improvisar, escuchar y adaptarse”, concluye Mickelson. No existen fórmulas exactas. Algunos días saldrán mejor que otros, pero lo importante es acompañar desde la curiosidad, la paciencia y la confianza en que nuestros hijos —y nosotros también— estamos aprendiendo sobre la marcha.

Claves para fomentar la independencia infantil

  • Empieza temprano: Incluso desde la infancia, permite que intenten vestirse solos, elegir su ropa o colaborar en pequeñas tareas.
  • Valida sus emociones: Acompañar no significa evitar el malestar. Frases como “sé que estás nervioso, pero confío en ti” fortalecen la seguridad emocional.
  • Permite el error: El fracaso es parte del aprendizaje. Evita intervenir demasiado rápido y brinda espacio para equivocarse sin juicio.
  • Observa tu propia ansiedad: A veces, son nuestros temores los que limitan sus posibilidades. Confiar en sus capacidades también implica gestionar nuestras propias emociones.
  • Sé paciente con el proceso: La independencia no ocurre de un día para otro. Algunos días serán más desafiantes, y eso también es parte del crecimiento

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