Octubre mes de la salud mental. Es el recordatorio que la salud mental no puede seguir siendo un tema del que hablamos en voz baja, que relegamos al consultorio o que enfrentamos cuando ya es demasiado tarde.

En Chile, las cifras no mienten: estamos atravesando una crisis silenciosa que exige acción.

¿Qué es realmente la salud mental?

La Organización Mundial de la Salud (OMS) la define con claridad: la salud mental es «un estado de bienestar mental que permite a las personas hacer frente a los momentos de estrés de la vida, desarrollar todas sus habilidades, poder aprender y trabajar adecuadamente y contribuir a la mejora de su comunidad». No es simplemente la ausencia de enfermedad. Es la capacidad de vivir plenamente, de relacionarnos, de crear, de soñar.

Y sin embargo, para millones de chilenos, ese estado de bienestar es una meta lejana, casi inalcanzable.

Los números que no podemos ignorar

Una de cada siete personas en Chile presenta síntomas moderados o severos de depresión. Ese 13,7% de la población no es una estadística fría: son nuestros vecinos, compañeros de trabajo, familiares, amigos. Son personas que luchan cada día contra una oscuridad que muchos no ven.

Pero la situación se vuelve aún más alarmante cuando miramos a nuestros jóvenes. Casi tres de cada diez personas entre 18 y 24 años (28,9%) enfrentan síntomas depresivos moderados o severos, según la décima edición del Termómetro de Salud Mental elaborado por la Asociación Chilena de Seguridad (ACHS) y la Universidad Católica. Esta es la generación que debería estar construyendo su futuro, explorando el mundo, formando sus identidades. En cambio, están luchando por mantenerse a flote.

La brecha de género tampoco puede ignorarse: las mujeres presentan una prevalencia de 17,4% frente al 9,8% de los hombres, revelando desigualdades estructurales que pesan sobre ellas con particular dureza.

Y hay otro dato que debería quitarnos el sueño: Chile es uno de los países con mayor tasa de suicidios en Latinoamérica, con 10,3 casos por cada 100 mil habitantes. Esto significa que cada cinco horas alguien en Chile decide que la vida es insoportable. El suicidio es la segunda causa de muerte juvenil en nuestro país. Estas no son cifras abstractas. Son vidas perdidas. Son familias destrozadas. Son potenciales no realizados.

La salud mental es tu responsabilidad

Aquí está la verdad incómoda: podemos exigir mejores políticas públicas, más psicólogos en el sistema de salud, mayor financiamiento para programas de prevención, y debemos hacerlo. Pero mientras esperamos esos cambios sistémicos, hay algo que cada uno de nosotros puede hacer hoy mismo: cuidar nuestra propia salud mental y la de quienes nos rodean.

La salud mental no es un lujo. No es algo que atendemos «cuando tengamos tiempo». Es tan fundamental como alimentarnos o dormir. Y al igual que con nuestra salud física, donde nadie espera a tener un infarto para empezar a cuidarse, la salud mental requiere mantenimiento diario, prevención activa y atención temprana

¿Qué puedes hacer ahora?

• Reconoce las señales de alerta. La tristeza persistente, la pérdida de interés en actividades que antes disfrutabas, los cambios drásticos en el sueño o el apetito, el aislamiento social, los pensamientos recurrentes de muerte o desesperanza: estos no son «momentos pasajeros». Son llamados de ayuda que tu mente está haciendo.
• Busca ayuda profesional sin vergüenza. Ir al psicólogo no es señal de debilidad, es un acto de valentía y autocuidado. Nadie juzga a alguien por ir al dentista; nadie debería juzgar a quien cuida su mente. Si no puedes acceder a un profesional privado, existen opciones en el sistema público, líneas de ayuda como el Fono Salud Responde 600 360 7777, y programas comunitarios.
• Establece rutinas de autocuidado. Duerme lo suficiente. Mueve tu cuerpo regularmente. Aliméntate bien. Limita el consumo de alcohol y evita las drogas. Cultiva relaciones significativas. Estas no son sugerencias de revista, son herramientas probadas científicamente para proteger tu bienestar mental.
• Habla abiertamente. El estigma que rodea a la salud mental se alimenta del silencio. Cuando compartes tu lucha, no solo te ayudas a ti mismo, sino que das permiso a otros para hacer lo mismo. Normalizar estas conversaciones salva vidas.
• Pregunta a los demás cómo están y escucha de verdad. No con un «¿cómo estás?» automático mientras miras el celular, sino con atención genuina. A veces, el simple acto de sentirnos vistos y escuchados puede ser el salvavidas que alguien necesita.
• Si ves señales de riesgo suicida en alguien, actúa. Pregunta directamente. La idea de que hablar del suicidio «da ideas» es un mito peligroso. Preguntar «¿estás pensando en hacerte daño?» puede ser la intervención que salve una vida. No dejes a nadie solo en ese momento. Contacta profesionales, líneas de crisis (Salud Responde), lleva a la persona a urgencias si es necesario.

Un pacto colectivo

La salud mental de Chile no mejorará solo con políticas públicas, aunque las necesitemos desesperadamente. Tampoco mejorará solo con esfuerzos individuales, aunque sean esenciales.

1. Necesitamos un cambio cultural profundo.
2. Necesitamos empresas que comprendan que un trabajador quemado no es productivo, sino una persona en peligro.
3. Necesitamos escuelas que enseñen inteligencia emocional junto con matemáticas.
4. Necesitamos familias donde hablar de ansiedad sea tan natural como hablar del resfriado.
5. Necesitamos comunidades donde cuidarnos los unos a los otros no sea excepcional, sino la norma.

Los datos están sobre la mesa. La crisis es innegable. La pregunta ahora es: ¿qué vas a hacer tú al respecto?

Porque la salud mental no es un problema de «ellos». Es un desafío de todos nosotros. Y en octubre, en este mes dedicado a visibilizar esta urgencia, no podemos darnos el lujo de mirar hacia otro lado.

Tu salud mental importa. La de tu familia importa. La de tus compañeros, vecinos y desconocidos en la calle importa. Y cuidarla, protegerla y defenderla no es solo un acto de responsabilidad personal: es un acto de amor propio y colectivo.

Chile necesita que te cuides. Chile necesita que nos cuidemos.

Si tú o alguien que conoces está pasando por una crisis de salud mental o tiene pensamientos suicidas, busca ayuda inmediatamente. Fono Salud Responde: 600 360 7777 (disponible 24/7). En caso de emergencia, acude al servicio de urgencia más cercano.