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junio 20, 2024

Por qué deberías agradecer a tu cerebelo y su rol en la salud física

Aprende sobre la estructura y las funciones de este increíble parche de tejido cerebral

Cerebelo es una palabra latina que significa ‘pequeño cerebro’. Este término se refiere a su apariencia distintiva en comparación con el resto del cerebro. El cerebelo es una estructura cerebral arrugada en forma de coliflor ubicada en la base del cráneo.

Parece que podría ser un segundo cerebro y, de hecho, lo es de alguna manera. Por ejemplo, tiene más neuronas totales que todas las demás partes del cerebro combinadas. Estas neuronas están organizadas de una manera que crea un tremendo poder de procesamiento, que también es una característica específica del cerebelo. Aunque en la superficie parece que el cerebelo podría funcionar bien por sí solo, es en gran medida una parte de un todo.

Está altamente conectado con muchas otras áreas del cerebro y desempeña un papel importante en una variedad de funciones cerebrales, sobre todo en el control motor.

Anatomía del cerebelo

La estructura del cerebelo es realmente fascinante. Es complejo, pero notablemente ordenado, y si alguna vez tienes el placer de observar el tejido cerebeloso bajo un microscopio, notarás que los tipos de células que lo componen son sorprendentemente hermosos. Describir completamente la organización anatómica del cerebelo podría llenar un libro entero, por lo que nos quedaremos con lo básico.


Primero, comencemos con las estructuras anatómicas que podemos ver a simple vista. Si nos fijáramos en un cerebelo, nos daremos cuenta de que está dividido en dos hemisferios conectados por una estructura central llamada vermis (gusano en latín). La superficie de los hemisferios cerebelosos se caracteriza por una serie de crestas o pliegues, llamados folia, que aumentan la superficie del cerebelo y permiten un mayor número de neuronas. Estas folias están separadas por surcos profundos, llamados fisuras, que dividen el cerebelo en varios lóbulos (Kandel et al., 2000).


El cerebelo se puede dividir en tres lóbulos principales: el lóbulo anterior, el lóbulo posterior y el lóbulo floculonodular.

  • El lóbulo anterior es el más grande y se encarga de controlar los movimientos de las extremidades y el cuerpo.
  • El lóbulo posterior está involucrado en la coordinación de los movimientos y recibe información de la corteza cerebral.
  • El lóbulo floculonodular se encuentra en la parte inferior del cerebelo y está involucrado en la coordinación de los movimientos oculares (Kandel et al., 2000).

Funciones del cerebelo

El cerebelo es fundamental para una variedad de funciones y puede estar involucrado en más funciones de las que normalmente se le atribuyen. A continuación se presentan algunas de las funciones mejor establecidas del cerebelo (Rapoport et al., 2000).

  1. Predicción temporal
  2. Equilibrar
  3. Propiocepción (La propiocepción es la capacidad del cuerpo para detectar la posición, el movimiento y la acción de las partes del cuerpo en el espacio sin la necesidad de la visión)
  4. Coordinación motora
  5. Orientación espacial
  6. Generación de una gran fuerza en la ejecución del movimiento
  7. Planificación de motores
  8. Postura

El papel del cerebelo en el equilibrio

El cerebelo desempeña un papel crucial en el mantenimiento del equilibrio y la coordinación de los movimientos. Recibe información de órganos sensoriales como el oído interno, el sistema visual y el sistema propioceptivo (que detecta la posición y el movimiento de las partes del cuerpo), e integra esta información para coordinar y ajustar los movimientos corporales (Morton y Bastian, 2004).


El cerebelo utiliza esta información sensorial para generar comandos motores que ajustan la actividad de los músculos, tendones y articulaciones para mantener la postura y el equilibrio. Por ejemplo, cuando una persona se inclina hacia adelante, el cerebelo envía señales a los músculos de las piernas y la espalda para ajustar su actividad y evitar que la persona se caiga.


El cerebelo también funciona en conjunto con otras partes del cerebro, como el sistema vestibular y el tronco encefálico, para controlar el equilibrio y la postura. Juntos, estos sistemas nos permiten mantener el equilibrio y la estabilidad mientras estamos de pie, caminamos o realizamos otros movimientos (Barmack y Pettorossi, 2021).

El papel del cerebelo en la memoria

Si bien el cerebelo es conocido principalmente por su papel en la coordinación motora y el equilibrio, la investigación de imágenes funcionales sugiere que también desempeña un papel en algunos aspectos de la memoria (Desmond y Fiez, 1998). Específicamente, los estudios muestran que el cerebelo contribuye a la memoria de trabajo, la memoria implícita y la memoria explícita. Analicemos qué es cada uno de estos tipos de memoria.

Memoria de trabajo

La memoria de trabajo se define generalmente como la capacidad de retener y manipular una pequeña cantidad de información. Esta capacidad facilita la comprensión, la resolución de problemas, el razonamiento y la planificación.

Memoria implícita

Los recuerdos implícitos son inconscientes y, a menudo, creados involuntariamente. Aprender una nueva habilidad, como patinar sobre ruedas, es un ejemplo de memoria implícita. La memoria implícita es el tipo de memoria que permite recordar y realizar acciones automáticas y habilidades sin pensar conscientemente en ellas, como andar en bicicleta o tocar un instrumento musical.

Memoria explícita La memoria explícita es básicamente lo opuesto a la memoria implícita. Son recuerdos que se crean conscientemente y que pueden describirse verbalmente. Un recuerdo de un evento importante es un ejemplo de memoria explícita.

Cómo Cuidar tu cerebelo para una mejor coordinación y equilibrio

Cuidar de tu cerebelo que es una parte crucial del cerebro que se encarga de la coordinación motora, el equilibrio y la precisión de los movimientos, implica adoptar hábitos saludables que beneficien la salud cerebral en general. Aquí hay algunas recomendaciones:

  • Ejercicio físico regular: El ejercicio aeróbico y las actividades que requieren coordinación y equilibrio, como el yoga, la natación y el baile, pueden fortalecer el cerebelo.
  • Alimentación saludable: Consumir una dieta balanceada rica en antioxidantes, grasas saludables, y nutrientes esenciales. Incluye frutas, verduras, pescados grasos, nueces y semillas.
  • Estimulación mental: Participar en actividades que desafíen tu cerebro, como leer, aprender un nuevo idioma o tocar un instrumento musical, puede ayudar a mantener tu cerebelo activo.
  • Descanso adecuado: Dormir bien es fundamental para la salud cerebral. Trata de dormir entre 7-9 horas por noche y mantener una rutina de sueño regular.
  • Evitar sustancias nocivas: Limita el consumo de alcohol y evita el uso de drogas. Estas sustancias pueden dañar las células cerebrales y afectar la función del cerebelo
  • Manejo del estrés: Practica técnicas de relajación como la meditación, el mindfulness o la respiración profunda para reducir el estrés, que puede afectar negativamente la salud cerebral.
  • Revisiones médicas regulares: Mantén visitas regulares al médico para chequeos generales y para monitorear tu salud neurológica. Adoptando estos hábitos saludables, puedes ayudar a proteger y cuidar la función de tu cerebelo, mejorando así tu bienestar general y tu capacidad de coordinación motora

En resumen

El cerebelo es una estructura cerebral única y fascinante con una amplia gama de funciones importantes. Apoya el control motor fino, la sincronización motora, la caminata, el habla, la atención, la postura, la orientación espacial, el equilibrio y la planificación motora, entre otras tareas. Su estructura altamente organizada y su inmenso poder de procesamiento son notables, ya que contiene más neuronas que todas las demás regiones del cerebro combinadas, a pesar de ocupar solo el 10% del volumen total del cerebro.

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1. Barmack, N. H., & Pettorossi, V. E. (2021). Equilibrio adaptativo en el cerebelo posterior. Fronteras de la Neurología, 12, 635259.
2. Kandel, E. R., Schwartz, J. H., Jessell, T. M., Siegelbaum, S., Hudspeth, A. J., & Mack, S. (Eds.). (2000). Principios de la ciencia neuronal (Vol. 4, pp. 833-850). Nueva York: McGraw-hill.
3. Morton, S. M., & Bastian, A. J. (2004). Control cerebeloso del equilibrio y la locomoción. El neurocientífico, 10(3), 247-259.
4. Rapoport, M., van Reekum, R., & Mayberg, H. (2000). El papel del cerebelo en la cognición y el comportamiento: una revisión selectiva. Revista de neuropsiquiatría y neurociencias clínicas, 12(2), 193-198.

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