¡Tomar decisiones saludables puede causar una reacción en cadena, cuando te sientes bien, tomas decisiones aún más saludables!
Ya sea que estés tomando una decisión conscientemente o automática, todos tomamos decisiones que impactan nuestros días.
A veces tomamos decisiones menos reflexivas cuando nos sentimos presionados o apurados. Este tipo de decisiones es muy frecuente en los niños. Cuando les damos a los niños la posibilidad de aprender y tomar decisiones sobre su salud y bienestar, les bridamos la oportunidad de crear hábitos saludables que los ayudarán a sentirse bien durante toda su vida.
¿Qué puedes hacer para motivar a tus hijos/as a tomar decisiones saludables?
Comienza con opciones simples para desarrollar la confianza en uno mismo. Anima a los niños/as a ser conscientes de cuántas decisiones diferentes toman durante el día.
Algunos ejemplos:
- ¿Usas tus guantes en las manos o en los pies?
- ¿Qué color de camiseta elegiste hoy?
- ¿Qué decidiste comer?
Una vez que los niños/as se den cuenta de la cantidad de decisiones que toman durante todos los días, puedes comenzar a animarlos para que tomen sus propias decisiones. Una forma sencilla de hacerlo es darles opciones para que puedan sentir que tienen más control de lo que hacen durante el día.
- ¿Hoy quieres usar una camisa roja o azul?
- Antes de dormir ¿Quieres cepillarte los dientes antes o después de leer el cuento ?
- ¿Quieres subirte al columpio o bajar por el tobogán de la plaza?
Una vez establecida la toma de decisiones regular con sus hijos, ¡es hora de comenzar a incorporar acciones que fomenten hábitos saludables!
Establece el tono de la elección positiva y luego les ofrece dos opciones para ayudar a evitar una lucha de poder.
Puedes probar diferentes opciones como:
- Se terminó el tiempo frente a la pantalla. ¿Quieres dibujar o leer un libro?
- Vamos a comer pollo. ¿Quieres verduras cocidas o una ensalada fresca ?
- ¡Es hora de salir a jugar! ¿Quieres caminar o jugar a las escondidas?
Sin darte cuenta, tus hijos/as se prepararán solos para pasar el tiempo sin pantallas.
Ten paciencia, recuerda que los hábitos saludables no se crean de la noche a la mañana. Está bien si no todos los días son perfectos o si hay algunos contratiempos. Si los niños/as tienen dificultades para tomar decisiones saludables o se sienten desanimados, puedes reforzar las decisiones que tomaron reconociendo su valor.
Algunas frases de reforzamiento:
- «Sé que el brócoli no es tu verdura favorita, pero estoy orgulloso que igual lo estás probando».
- “¡Estoy muy emocionada de poder jugar contigo un juego de mesa, estaré atenta cuando termines de leer tu libro!”
Como padre y/o madre debes recordar que estás haciendo un esfuerzo para inspirar hábitos saludables en tus hijos, al final del día eso es lo que importa, ¿no?