Aprender/Noticias

Aprender/ Noticias |

noviembre 21, 2020

Ego versus Autoestima

La autoestima es estar satisfecho con lo que uno es de una manera realista, apreciando los rasgos mentales, físicos y emocionales que nos configuran como persona.

CONOCERSE

Lo primero para desarrollar la autoestima es CONOCERSE, porque difícilmente se puede querer lo que no se conoce. Un buen comienzo para construir nuestra autoestima es hacer un inventario de nuestras fortalezas, es decir, las cualidades de las cuales nos sentimos orgullosos. Sin embargo, esto no es suficiente, también es necesario obtener buenos resultados y para ello es importante tener en cuenta las malas pasadas que pueden jugarnos nuestras debilidades, que son una consecuencia  de hacer un “uso exagerado” de nuestras fortalezas. ¿Te sorprende?

Vamos a poner un ejemplo: imaginemos que la sinceridad es nuestra fortaleza y estamos tan  orgullosos de ella que la manifestamos siempre sin pensar si es adecuado o no, con lo cual probablemente resultemos imprudentes, porque decir una verdad que no resulta conveniente revelar, o a quien no se debe, o en un momento inapropiado, más que muestra de sinceridad es de insensatez. Nosotros vemos nuestra sinceridad (fortaleza) y los demás sufren nuestra insensatez (debilidad).

ACEPTARSE

¿Qué más debemos conocer sobre nosotros mismos? También es importante saber la emoción que mueve nuestras acciones; no es lo mismo hacer algo con miedo que hacerlo con confianza, ni hablarle a alguien desde la ira que hacerlo desde la comprensión.

Aceptar nuestras debilidades y miedos es el primer paso para superarlos y mejorar la relación con los demás. Porque cuando nos aceptamos a nosotros mismos con nuestras luces y nuestras sombras empezamos a aceptar a los demás y entendemos que tenemos problemas con aquellas personas que son nuestro espejo, es decir, que tienen nuestras mismas debilidades o que sus fortalezas son nuestras debilidades.

VALORARSE

Una vez que nos conocemos y nos aceptamos, es fundamental también valorarnos, lo que se consigue respetándonos a nosotros mismos y haciéndonos respetar ante los demás. Para valorarnos tenemos que empezar por sentirnos merecedores del bienestar, y una forma de lograrlo es tomarse las amenazas como oportunidades y las dificultades como desafíos, para lo cual tenemos que pensar positivamente y evitar las  emociones negativas.

Otra forma de valorarse es reconocer nuestros talentos y los de los demás, pero sin compararnos ni envidiarlos; también cuando nos perdonamos los errores cometidos y ponemos todo de nuestra parte para mejorar.

LA AUTOESTIMA EN LA PRÁCTICA

Para entender cómo funciona la autoestima  en la práctica, vamos a imaginar a dos personas de una empresa a las que han cambiado de departamento, en el cual tendrán  jefe y compañeros nuevos, desempeñarán tareas distintas y utilizarán sistemas diferentes a los usados hasta ahora. Nuestros amigos se llaman: EGO y AUTOESTIMA. Vamos a ver cómo reacciona cada uno ante este desafío. ¿Cuál de los dos tiene mejor autoestima? ¿Quién piensas que tiene más probabilidades de conseguir mejores resultados? ¿Y tener una relación laboral más armónica con sus compañeros?

Por supuesto, AUTOESTIMA está mejor preparada para esta nueva situación, porque acepta que no puede controlar lo que le sucede, pero sí cómo se enfrenta a ello. Reconoce que tiene temor, pero confía en sus posibilidades para conseguir sus objetivos y actúa en consecuencia. Se preocupa por lo que necesita aprender y toma la iniciativa de acercarse a los compañeros. Esto es así porque la autoestima se nutre de logros en la realidad, no de fantasías mentales. Estos logros fundamentalmente consisten en superarse a sí mismo, dominar los impulsos, incrementar la confianza, ejercer el autocontrol y flexibilizar el comportamiento. En suma, una serie de comportamientos que ayudan a fortalecerse y a la larga conseguir buenos resultados.

¡Quiérete mucho!

 

Por Julieta Balart, Socia Directora de Ágama Consultoría y Aprendizaje, S.L.

AUTOR